Este documental inmersivo retrata la vida cotidiana de una comunidad afrocolombiana en un contexto de violencia cíclica. Viven dentro de fronteras invisibles de las que no hay escapatoria.
(Dir. Alejandro Quijano, Prod. Clare Weiskopf and Nicolas Van Hemelryck)
No se pretende legitimar la violencia sino verla desde otro ángulo. Este documental busca suscitar la compasión, pues quienes nacen y habitan en estas zonas están codificados a la resignación ante la violencia. La compasión que nace en primera instancia a través de la observación, es tal vez el sentimiento humano más bello y generoso. Compadecerse de otro ser humano, y reconocer lo que implica vivir en un entorno semejante con todas sus injusticias y necesidades, es un primer paso ineludible para encontrar un camino de paz y de reconciliación. Reconocer y visibilizar un rostro humano, en quien nos hemos negado a mirar como alguien que no solamente roba y mata, sino que también ríe y llora, no es desconocer los horrores de la violencia, pero sí reconocerla desde su inmensa complejidad.